La iglesia parroquial de San Miguel Arcángel se levanta en la la zona más elevada de la población, sobre un cortado que domina el valle por el que discurre el río Aragón.
El templo original -románico del siglo XII-, de una sola nave cerrada al Este mediante un ábside de planta semicircular y precedido por un presbiterio de escaso desarrollo longitudinal, sería transformado en épocas posteriores.
Entre los siglos XIII y XIX se disponen un coro y un portegado en la zona de los pies y se abren nuevas capillas laterales entre los siglos XVI y XVIII. Edificada con sillarejo y cubierta con techumbre a dos aguas, presenta un macizo aspecto exterior, del que destaca el cuerpo de la torre campanario en su lado este.
El ábside se protege mediante bóveda de cuarto de esfera, el pequeño presbiterio con bóveda de cañón y el cuerpo de la nave, que pudo cubrirse originariamente con madera, se cubre con bóveda articulada en tres tramos, reproduciendo un sencillo diseño de terceletes (que recuerda al aplicado en el abovedamiento de la nave central de la catedral de Jaca a comienzos del siglo XVII).
Tanto en el coro como en el pórtico se emplean bóvedas de arista. Las capillas inmediatas al presbiterio se cubren con medio cañón, la segunda del lado del Evangelio con bóveda de cañón con lunetos y la segunda del de la Epístola, con arista.
Su iglesia parroquial con advocación a San Miguel, presenta estilo románico del siglo XII conservando restos del cementerio medieval de lajas en el ala norte, así como la antigua abadía, el antepecho de la portada y el remate del campanario. Junto a ella también han llegado hasta nosotros los restos de una vieja fortaleza medieval.